La administración de Biden abre tierras federales a centros de datos de inteligencia artificial

Con menos de una semana restante en el cargo, el presidente Joe Biden aún no ha terminado de dejar su marca en la industria de la inteligencia artificial.

El presidente Biden emitió una orden ejecutiva el martes que permitirá a empresas privadas de inteligencia artificial arrendar sitios federales propiedad del Departamento de Defensa y el Departamento de Energía para construir centros de datos de inteligencia artificial. Las empresas que construyan centros de datos en estos sitios deberán poner en línea suficientes recursos de energía limpia para igualar la electricidad necesaria para alimentar los centros de datos.

Este no es un programa de subvenciones. Las empresas de inteligencia artificial que construyan centros de datos en estos sitios federales deberán pagar el costo total de construcción, operación y mantenimiento.

En un comunicado de prensa, la Casa Blanca dijo que esta orden tiene como objetivo fortalecer y asegurar el liderazgo global de EE. UU. en inteligencia artificial y evitar que las empresas de inteligencia artificial nacionales dependan de otros países para acceder a herramientas e infraestructura de inteligencia artificial. Añadió que se otorgarán los recursos adecuados a estos departamentos para garantizar que puedan inspeccionar y aprobar ofertas para sitios federales de manera rápida y eficiente.

El énfasis de la orden ejecutiva en la energía renovable aquí parece notable. Según el Instituto de Investigación de Energía Eléctrica, los centros de datos actualmente consumen el 4% de toda la energía de EE. UU., y se espera que esa cifra aumente al 9% para fines de la década. En general, la demanda de energía de los centros de datos se espera que se duplique en los próximos cinco años, según un informe de JLL.

Esta orden ejecutiva llega un día después de que la administración de Biden anunciara un nuevo conjunto de reglas y pautas sobre la exportación de chips de inteligencia artificial que impuso restricciones adicionales a varios países, incluidos adversarios como China y Rusia, y también impuso una cuota de 50,000 chips para la mayoría del resto del mundo.

La salvedad es que estas órdenes llegan justo una semana antes de que Donald Trump regrese a la presidencia, donde se espera que revierta muchas de las políticas de la administración Biden.