
Cruise ha comenzado a probar sus vehículos autónomos en Phoenix, con planes de comenzar a conducir de manera 'supervisada' en la ciudad más de seis meses después de que la subsidiaria de autos autónomos de GM detuviera sus operaciones sin conductor en Estados Unidos.
Cruise anunció el lunes en una publicación de blog que comenzará a probar dos vehículos en modo autónomo en carreteras públicas en el área metropolitana de Phoenix. Un operador de seguridad estará detrás del volante durante esta fase de pruebas. Otros ocho vehículos autónomos de Cruise seguirán siendo conducidos manualmente en la zona. Cruise dijo que se centra en validar la tecnología frente a los requisitos de seguridad y rendimiento de AV predeterminados. La empresa describió esto como una 'fase crítica de validación' y se expandirá gradualmente a otros suburbios de Phoenix, incluidos Scottsdale, Paradise Valley, Tempe, Mesa, Gilbert y Chandler.
Esta semana, estamos emocionados de comenzar la conducción autónoma supervisada en Phoenix. Durante esta fase, nuestros autos conducen de forma autónoma, con un conductor de seguridad detrás del volante para monitorear y tomar el control si es necesario. La seguridad sigue siendo el principio definitorio de todo lo que hacemos, y supervisado…
— cruise (@Cruise) 13 de mayo de 2024
El relanzamiento de las operaciones de Cruise ha sido lento y, por ahora, se ha centrado en Phoenix y no en San Francisco, donde tiene su sede. En abril, la empresa comenzó con el mapeo y la recopilación de información sobre las carreteras en vehículos conducidos manualmente.
El anuncio del lunes marca un momento pequeño, pero significativo, en los esfuerzos de Cruise por superar el incidente del 2 de octubre en San Francisco que dejó atrapado a un peatón debajo y luego arrastrado por uno de sus robotaxis. Ese evento, junto con la respuesta de la empresa, llevó a los reguladores de California a suspender las licencias de despliegue y pruebas sin conductor de Cruise, efectivamente poniendo fin a sus operaciones de robotaxis en el estado donde se ubicaba la mayor parte de sus operaciones.
En cuestión de semanas, Cruise había pausado todas sus operaciones, que incluían pruebas en Austin y Miami. En un intento por reconstruir la confianza, la empresa destituyó a altos directivos, llenó su junta directiva con ejecutivos de GM y contrató al bufete de abogados Quinn Emanuel para revisar el incidente. El cofundador y CEO Kyle Vogt renunció y, en última instancia, se despidió al 24% de la fuerza laboral.
El informe de la empresa, que se publicó en enero, concluyó que Cruise no engañó intencionalmente a los reguladores. En cambio, la falta de juicio, los errores de liderazgo, una relación de 'nosotros contra ellos' con los reguladores y una obsesión por corregir la narrativa mediática inexacta de que el Cruise AV, no el Nissan conducido por humanos, causó el accidente fueron todos factores que contribuyeron a los problemas de Cruise, según el informe de 195 páginas.