COLUMBUS, Ohio (AP) — Una batalla política digna del campo de juego está en marcha en Ohio, donde los líderes republicanos estatales están chocando sobre si destacar a los Cleveland Browns para ayudar a construir un nuevo estadio con techo en las afueras o imponer aumentos de impuestos para financiar actualizaciones de estadios para los Cincinnati Bengals y otros equipos a largo plazo.
Ninguna idea carece de críticas en ambos partidos, quienes argumentan que subsidiar estadios de la National Football League desvía dinero de las prioridades políticas del estado, incluida la financiación de infraestructura y escuelas públicas.
El debate más acalorado gira en torno a una propuesta del Grupo Deportivo Haslam, propietario de los Browns, de trasladarse del actual estadio al aire libre en la costa del lago del centro de Cleveland —donde han jugado desde 1999— a un nuevo complejo de $2.4 mil millones en Brook Park, aproximadamente a 15 millas (24,14 kilómetros) al sur. El equipo ha propuesto una asociación público-privada a la cual el estado contribuiría con $600 millones.
